“Sumercé”: palabra boyacense que representa identidad y orgullo

En Boyacá hay palabras que son auténticos símbolos culturales, expresiones que guardan en sí mismas la historia, el afecto y la manera particular en la que los boyacenses nos relacionamos. Una de ellas, quizá la más representativa, es “sumercé”.

Se trata de una palabra que genera sentimientos encontrados: algunos la valoran profundamente, otros la ven con vergüenza; sin embargo, lo cierto es que sumercé es una joya de nuestro patrimonio lingüístico y un sello inconfundible de la identidad boyacense.

De “vuesta merced” a “sumercé”

El humanista y académico doctor Hernán Alejandro Olano García , rector de Unicoc e integrante de la Academia Colombiana de la Lengua, y la Academia Boyacense de la Lengua, explica que sumercé es un arcaísmo que proviene de la expresión antigua “vuesta merced” o “su merced”, utilizada en la época colonial como una fórmula de respeto, deferencia e incluso de reconocimiento de jerarquía hacia otra persona.

Con el paso de los siglos, en Boyacá la palabra dejó de tener esa carga de inferioridad y se transformó en una muestra de afecto y cercanía. Hoy, decir sumercé no solo es sinónimo de respeto, sino también de cariño, y es muy común tanto en el trato hacia personas mayores —abuelos, padres, vecinos— como en relaciones de pareja, donde se escuchan expresiones tan entrañables como “sumercé, tan linda”.

Una herencia que trascendió fronteras

Aunque muchos creen que es exclusiva de los campesinos boyacenses, investigaciones han demostrado que el uso de sumercé fue común en varios países de América Latina en los siglos XVIII y XIX, como en República Dominicana y Perú. Incluso ha sido objeto de estudio en universidades europeas, como la de Estocolmo.

Lo particular de Boyacá es que aquí la palabra sobrevivió, se fortaleció y se resignificó: pasó de ser un término marcado por jerarquías sociales a convertirse en una expresión de dignidad, respeto e intimidad. Tanto, que Boyacá exportó el sumercé a la capital colombiana, donde todavía hoy se escucha gracias a la influencia de los migrantes boyacenses.

Foto: Archivo Particular

Patrimonio lingüístico boyacense

Hernán Alejandro Olano lo resume así: “El sumercé es una palabra tan bonita que no podemos dejar de utilizar. Hace parte de nuestra identidad y de nuestro patrimonio dialectal”.

Por eso, un homenaje que podemos hacerle a nuestra tierra es usar sumercé con orgullo. No se trata de un rezago del pasado ni de una marca de atraso: al contrario, es un testimonio de la riqueza cultural boyacense y de la fuerza de nuestras raíces.

Un llamado al orgullo boyacense

Así que, sumercé, no le dé pena decirlo. Al contrario: úselo como símbolo de respeto, afecto y pertenencia. Cada vez que lo pronunciamos, ponemos en alto el amor por Boyacá y reforzamos el valor de nuestra identidad.

Gracias a susmercedes por estar siempre en sintonía con nuestra tierra a través de Boyacá 95.6 FM. Su fidelidad nos inspira a seguir trabajando día a día para que las expresiones de nuestro pueblo nunca se pierdan.

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