Ubicada en el centro del municipio de Sáchica, la piedra del castigo fue testigo del esplendor de los asentamientos Muiscas de la región y del ocas o de esta cultura tras la llegada de los españoles.
Durante la época precolombina, la piedra jugó un rol importante, ya que era trascendental para los indígenas debido a su forma fálica y a que con ella realizaban ceremonias en relación con la fertilidad y al Dios Sol, lo que supone un elemento sagrado y de sumo respeto.
Con la llegada de los españoles en el año de 1538, Gonzalo Jiménez de Quesada y su ejército ingresan al valle de Saquencipá, iniciando el proceso de dominio político y cultural, convirtiendo a la piedra en mecanismo de represión, en contra de quienes se resistían a adoptar la nueva fe.
La iglesia fue erigida al frente a la piedra, con un balcón desde donde observaban a los indígenas y pobladores que cada vez menos se resistían al dominio español; una vez cumplida la tarea evangelizadora, plantaron una cruz, alineada perfectamente entre el templo y la sagrada y tortuosa piedra. (Fin – Francisco Cuervo – UACP – URT)