Lo que comenzó como un plan turístico en uno de los escenarios naturales más visitados del Meta terminó en tragedia. Tras casi dos días de angustia y labores de búsqueda, fue hallado sin vida el cuerpo de Yudi Alexandra Castellanos Solano, joven arquitecta de 21 años oriunda de Tunja, quien había desaparecido en las aguas de Caño Canoas.
Desde el momento en que se conoció su desaparición, la familia mantuvo la esperanza de encontrarla con vida y solicitó a las entidades de socorro, organismos de emergencia y a la comunidad en general intensificar las labores de localización. El operativo se extendió durante largas horas en medio de una zona de difícil acceso, cubierta por bosque y atravesada por una corriente de agua caudalosa.
Finalmente, hacia las 8:20 de la mañana de este martes, miembros de la comunidad reportaron el hallazgo del cuerpo de Yudi Alexandra a unos cuatro kilómetros aguas abajo del lugar de los hechos, en el sector conocido como Salto de Canoa.
El coronel Jorge Díaz, comandante de la Defensa Civil del Meta, explicó las dificultades que enfrentaron los equipos de rescate: “Ese es un caño que le llaman Salto de Canoa, es un sitio turístico. Ella estaba en compañía del guía turístico y, cuando cae a las aguas, este intenta rescatarla, pero la fuerte corriente se la quita de los brazos. La búsqueda se dificultó porque el terreno es bastante boscoso y de difícil acceso”.
El incidente ha generado consternación tanto en la comunidad local como en Boyacá, tierra natal de la joven. Yudi Alexandra era egresada de la Universidad Santo Tomás y se proyectaba como una profesional con un futuro prometedor. Amigos, familiares y conocidos han expresado mensajes de dolor y solidaridad a través de redes sociales, resaltando su calidad humana, alegría y compromiso.
Las autoridades confirmaron que el cuerpo será trasladado a Medicina Legal, donde se realizarán los procedimientos correspondientes antes de su entrega a la familia. Posteriormente, será llevado a Tunja, donde se adelantarán las honras fúnebres en medio del acompañamiento de familiares, amigos y la comunidad boyacense que hoy llora su partida.
Este caso deja también un llamado de atención sobre los riesgos en los destinos naturales y la necesidad de extremar medidas de seguridad en los recorridos turísticos que involucran ríos, caños y cascadas de fuerte caudal.