Emergencia invernal en Boyacá: 36 municipios en alerta roja por intensas lluvias

Boyacá enfrenta una de las temporadas de lluvias más fuertes del año, con 36 municipios en alerta roja por deslizamientos de tierra, pérdidas estructurales, cierres viales y riesgos de represamientos en ríos y quebradas. Las provincias más afectadas son Lengupá, Oriente, Neira, Márquez y , La Libertad, donde se concentran los principales estragos de esta emergencia invernal.

Según Jaisson Carreño, director de la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo, el sur del departamento vive “la época más aguda de lluvias”. “Ya habíamos tenido afectaciones en la temporada bimodal, y ahora, en este periodo monomodal, estamos registrando emergencias de gran magnitud”, explicó.

Uno de los casos más críticos se presenta en el municipio de Santa María, donde un deslizamiento de aproximadamente 200 hectáreas causó un represamiento parcial del río Lengupá. La emergencia obligó a evacuar a ocho familias cuyas viviendas sufrieron daños estructurales, mientras que otras 37 resultaron afectadas de manera indirecta, sumando 45 familias impactadas en total.

“Es importante aclarar que el represamiento es parcial, lo que permite el flujo del río y evita, por ahora, una avenida torrencial”, detalló Carreño. Para atender la emergencia, el gobierno departamental dispuso maquinaria amarilla que tardó cinco días en llegar al sitio debido a las difíciles condiciones del terreno. Desde el sábado anterior, se trabaja con orugas para ampliar el cauce y permitir el drenaje controlado del embalse formado.

Las lluvias también han causado severos daños en la infraestructura vial. La transversal del Sisga permanece cerrada entre Santa María y San Luis de Gaceno por crecientes súbitas, tanto aguas arriba como aguas abajo del represamiento. En la vía Garagoa–Tibaná se reportan desprendimientos de roca constantes, donde se desplegó una excavadora de oruga, aunque la lluvia persistente ha complicado las labores de remoción. Además, en la vía del Cusiana, a la altura de Pajarito, se han registrado flujos de lodo que el Invías intenta contener mediante trabajos de mitigación.

El IDEAM advirtió que las precipitaciones continuarán durante todo julio, con un posible descenso hacia la primera semana de agosto, aunque las condiciones han sido impredecibles. “Cuando decretamos la calamidad pública el 24 de mayo, el pronóstico señalaba que en julio iniciaría el periodo seco, pero no ha sido así. Seguimos en emergencia”, indicó Carreño.

Hasta la fecha, 36 municipios han declarado calamidad pública por las afectaciones directas, y otros se preparan para hacerlo. La Gobernación de Boyacá mantiene monitoreos permanentes en coordinación con autoridades nacionales y locales. “Seguimos en alerta roja en algunas zonas, alerta naranja en otras, y trabajando sin pausa para garantizar atención oportuna. Esta situación exige una respuesta integral y sostenida”, concluyó el director de Gestión del Riesgo departamental.

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