El segundo día del paro minero y campesino en Boyacá amaneció con bloqueos firmes y comunidades decididas a no ceder. Este 5 de agosto de 2025, las protestas siguieron tomando fuerza en vías clave del departamento, como el corredor entre Tunja, Paipa y Sogamoso, una ruta vital para la movilidad y la economía regional. Las razones siguen siendo las mismas que el día anterior, pero con mayor urgencia: los acuerdos que nunca llegaron y la incertidumbre en el campo y una minería crece.
Las afectaciones no tardaron en sentirse. Municipios como Sogamoso, Duitama, Pesca y Tibasosa comenzaron a reportar escasez de combustible. Camiones cargados de papa, leche y cebolla siguen detenidos en las vías. Algunos conductores duermen en sus cabinas. Todo eso mientras los líderes del paro reiteran que sin soluciones claras no hay marcha atrás.
El intento de acercamiento entre manifestantes y Gobierno el lunes 4 de agosto no dejó resultados. Por su parte, el gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, insistió en la necesidad de abrir caminos de diálogo real y pidió, con respeto, reconsiderar los bloqueos que están asfixiando la economía local. Aun así, expresó su compromiso de servir como puente entre los manifestantes y el Gobierno nacional.
El sentimiento general en el territorio boyacense es de creciente tensión: mientras sectores como el transporte, el comercio y el agro claman por soluciones urgentes, los líderes del paro aseguran que no levantarán sus acciones hasta recibir respuestas concretas. El departamento, históricamente agrícola y minero, vuelve a convertirse en escenario de protesta ante lo que consideran un olvido sistemático del Estado frente a sus realidades.
Escrito por: Camilo Gutiérrez