Anarcoestesis, un viaje por los caminos de Boyacá para rescatar la memoria cultural

Boyacá, tierra de montañas y tradiciones, se convierte en escenario vivo de un proyecto que busca rescatar la memoria cultural a través de los caminos de herradura. Se trata de Anarcoestesis, iniciativa liderada por el artista y caminante Rafael Ponte, quien junto a su Mula Miel, su burro Belisario y su perra Muñeca , ha recorrido veredas y paisajes del altiplano cundiboyacense para contar las historias que laten en lo profundo del campo boyacense.

Oriundo de Miraflores, Boyacá, Rafael inició desde niño su relación con las trochas rurales. Durante la pandemia retomó esas sendas, adoptó a Muñeca y más tarde se unió Belisario, el burrito que se convirtió en símbolo del proyecto. Hoy, con el respaldo del programa de estímulos de la Secretaría de Cultura y Patrimonio de Boyacá, su caravana recorre municipios como Aquitania y Mongua, documentando tradiciones, relatos y paisajes en piezas audiovisuales difundidas en redes sociales.

“Lo que hacemos es mantener vivos estos caminos que poco a poco se están cerrando. En ellos encontramos prácticas que casi desaparecen, como los licores artesanales de caña mezclados con plantas medicinales, herencia indígena que aún resiste”, explica Aponte.

El proyecto no solo revive costumbres, también cuestiona el modelo de vida urbano. Para Rafael, Anarcoestesis, es la combinación de anarquía y estética es un estilo de vida que abraza la libertad y el arte desde la naturaleza. “Nunca me adapté a la ciudad. Mi sueño era ser nómada en las montañas, y ahora lo vivo plenamente”, asegura.

Además de los recorridos, Rafael ha plasmado sus experiencias en dos libros digitales sobre el sur de Boyacá y la región del Guavio, que comercializa como forma de financiamiento. También ha creado camisetas con los retratos de sus animales, quienes se han convertido en personajes carismáticos y reconocidos por la audiencia.

En total, Rafael y su caravana han recorrido más de 400 kilómetros a pie, explorando territorios que van desde Boyacá hasta Tolima, y actualmente avanzan hacia el norte del departamento. Su mensaje final es claro: volver a lo esencial, reconectar con la naturaleza y valorar las raíces culturales.

“Este proyecto nos recuerda que, frente a la crisis ambiental y social, necesitamos mirar de nuevo a la montaña, a lo simple, a lo que somos”, concluye.

Escrito por: Carlos Fernando Rodríguez

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