La 𝑃𝑟𝑖𝑠𝑡𝑖𝑚𝑎𝑛𝑡𝑖𝑠 𝑚𝑛𝑖𝑜𝑛𝑎𝑒𝑡𝑒𝑠, conocida en algunas regiones de Boyacá como ‘ranita de agua’, es una especie de anfibio propio de zonas de páramo y bosque alto andino en ecosistemas entre los 2.950 y los 3.800 metros sobre el nivel del mar, pero sobre todo de la región comprendida entre Ciénega, Ramiriquí y Zetaquira.
Sandra Patricia Galeano y Khristian Venegas Valencia, investigadores del Centro de Colecciones y Gestión de Especies del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, en diálogo con Boyacá 95.6FM, señalaron que este tipo de anfibio estaría en peligro porque, inicialmente tiene un rango de distribución mínimo situación que la deja en un riesgo alto, sumado a lo anterior otros factores como la fragmentación de los bosques y las ampliaciones de las fronteras agropecuarias inciden directamente en las condiciones de hábitat que este especie puede necesitar.
“Cuando hablamos de ranas que están en peligro, nos referimos a una nación como Colombia en la que la gran parte de los anfibios se encuentran en peligro; somos el segundo país más biodiverso en anfibios con más de 880 especies, pero resulta que también somos el país con más especies amenazadas, con más de 300 especies bajo alguna categoría de amenaza”, especificó Galeano.
Esta especie se ha podido documentar recientemente gracias a las expediciones que ha liderado el Instituto en asocio con la Gobernación de Boyacá, a través de ‘Boyacá BIO’, fueron travesías que les ayudaron a los investigadores a identificar que la 𝑃𝑟𝑖𝑠𝑡𝑖𝑚𝑎𝑛𝑡𝑖𝑠 𝑚𝑛𝑖𝑜𝑛𝑎𝑒𝑡𝑒𝑠 por ejemplo; es una especie de rana más terrestre que acuática, que habita particularmente en zonas muy húmedas con bastante musgo, hacen parte de un grupo de anfibios con desarrollo directo, por lo que se terminan de formar dentro de los huevos, y que desarrollan actividades más nocturnas que diurnas; “dentro de esas generalidades es más o menos lo que hoy podemos hablar de esta rana, es mucho lo que falta por conocer, lo que convierte a la especie en un buen modelo para fortalecer iniciativas de estudio y conservación de la misma”, puntualizó Venegas Valencia.
Tanto Sandra como Cristian aseveran que la 𝑃𝑟𝑖𝑠𝑡𝑖𝑚𝑎𝑛𝑡𝑖𝑠 𝑚𝑛𝑖𝑜𝑛𝑎𝑒𝑡𝑒𝑠, al igual que otras especies de anfibios que habitan en zonas altas de páramo son más vulnerables con el calentamiento global porque registran poca movilidad entre los ecosistemas, más aún cuando su distribución es tan pequeña, panorama que empeora si las condiciones de humedad que requieren para sobrevivir; “hay casos de especies de anfibios que tienen capacidades migratorias, pero la ranita de agua de Boyacá no tiene más sitios a donde ir, lo único que tienen para movilizarse es el ecosistema terrestre, y si este desaparece, se les irá arrinconando hasta hacerlas desaparecer paulatinamente”, explicó el investigador.
La investigadora agrega que el trabajo de la mano con los campesinos y campesinas de la región, hablando del Complejo de Páramo Tota – Bijagual – Mamapacha, ha sido fundamental para la identification y localización de la especie, pero será fundamental para salvaguardar su integridad y evitar que caiga en riesgo de extinción, “las comunidades han tenido cercanía con las ranas por el trabajo de la tierra, tienen una relación directa con la biodiversidad de su región, factor que incide en la salvaguarda que cada persona de la zona aplique para cuidar su tierra”, explicó Galeano.
“Uno no puede conservar lo que no conoce, y partiendo de esa premisa, es importante que en esa región de Boyacá se fortalezca la apropiación cultural que tengan las comunidades en pro de mantener, conservar y promover la existencia de las especies de flora y fauna de la región, para generar una identidad, no solo de las comunidades hacia su región, sino también de la relación de cada ciudadano con los elementos que componen los ecosistemas”, añadió Khristian. (Fin – Jader Silvera – UACP – URT)