Un boyacense creó abono orgánico de escarabajos. El proyecto tiene patente para 150 países

Hace veintidós años el ingeniero sanitario y ambiental Germán Viasus Tibamoso encontró, durante un estudio, que los escarabajos son los responsables de fertilizar los bosques del planeta, el hallazgo lo hizo mientras desarrollaba un proyecto de investigación para la Universidad Industrial de Santander –UIS-, institución en la que cursó un posgrado en química ambiental.

Ya en el año 2001 Germán realizó todos los trámites para recibir la patente que lo certificara como autor de la propiedad intelectual de la transformación biológica de los residuos sólidos usando escarabajos, una patente de invención para 150 países. “Soy el autor único del método. Hice una investigación preliminar de diez meses en Bucaramanga, luego la reivindico en Tunja y posteriormente en Barrancabermeja” comentó.

El proyecto entregó como resultado un abono a partir de la presencia de los escarabajos con materia orgánica, elementos mayores y menores y una población biológica de microrganismos que generan resultados óptimos y menos contaminantes para la fertilización de bosques y cultivos. “Los resultados desde el primer año del trabajo se evidencian en la frondosidad de las hojas, el estímulo para el crecimiento de las flores y el crecimiento de alimentos con mejores calidades; además de aligerar en un 50% el crecimiento de los bosques y entre un 15% y 20% el crecimiento de los cultivos” describió el ingeniero.

Pero ¿Cómo elaboran el abono?

‘Tierra Viva’ es la empresa que actualmente se encarga de crear el abono en Colombia a partir del proyecto de Viasus, quien está acompañado en este proyecto empresarial por Carmelo Campos y por Jhonatan Quemba.

Ellos empiezan asesorando a decenas de familias, de varios municipios de Boyacá, para que incentiven la separación en la fuente, una etapa en la que se separan todos los desechos orgánicos de cocina, que luego se recolectan y se trasladan a las instalaciones de la empresa bajo estrictos protocolos sanitarios supervisados por la compañía. Cuando los desechos están en la planta de procesamiento, se recombinan y luego les aplican una serie de aditivos biológicos creados en la propiedad intelectual. Diez días después colocan las larvas de escarabajo sobre esa mezcla para que los insectos se adapten al ambiente y empiecen a comerse esos residuos.

Cuatro meses después de surtir esa última etapa, los profesionales se encargan de recoger el material que han dejado los animales para llevarlo a un proceso de granulométrica y finalmente entregar el abono orgánico.

Además, según Viasus Tibamoso, este procedimiento también les deja como resultado un lixiviado que puede ser usado como un abono líquido, aunque están en el proceso de consecución del registro INVIMA para este producto.

Proyección nacional e internacional

Actualmente esta empresa exporta escarabajos a Japón, Estados Unidos y algunos países de Europa, los insectos son usados para adelantar proceso de investigación en colegios y universidades de esos países. Además ‘Tierra Viva’ ya recibió propuestas de por lo menos 16 países del planeta para adaptar la investigación dentro de esas naciones.

En cuanto al abono orgánico, los boyacenses también despachan el producto a diferentes ciudades y municipios de Caldas, Cundinamarca, Meta, Santander, Tolima y Boyacá, entre otros departamentos.

Germán aseguró que el proyecto este año cumple dos décadas, la empresa se planificó a cien años, tiempo durante el cual pretenden pasar de ser unos fabricantes de abono orgánico con resultados óptimos, a ser una empresa que produce y vende el abono a gran escala para producir toneladas de alimentos orgánicos y generar miles de empleos en Boyacá y el país; esto en un plan muy concreto que está trazado a mediano y largo plazo.

Las personas que deseen conocer más sobre este proyecto y sus beneficios pueden comunicarse al número de teléfono 314 296 5347. (Fin – Jader Silvera – UACP – URT)

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