El 29 de agosto, una inspección rutinaria al centro de salud del municipio de Santana por parte de funcionarios de la Secretaría de Salud de Boyacá se convirtió en un incidente de alta tensión. La visita, destinada a verificar la veracidad de quejas recibidas sobre la calidad del servicio, fue interrumpida abruptamente cuando un grupo de residentes locales quienes rodearon a los funcionarios, impidiéndoles salir de las instalaciones. Ante la situación, fue necesario solicitar la intervención de la policía para garantizar la seguridad de los trabajadores.
Oscar Manuel Jiménez, secretario de Salud de Boyacá, explicó que la visita formaba parte de las actividades regulares de la Secretaría, “en cumplimiento de las actividades propias de esta Secretaría y ante quejas recibidas, realizamos una visita de inspección a la ESE del municipio de Santana, como hacemos regularmente en todas las IPS públicas y privadas. Durante la diligencia, la ESE comenzó a llenarse de personas, aparentemente residentes del municipio, quienes rodearon a los funcionarios, no permitiéndoles salir”.
El titular de salud explicó que, durante la inspección se encontraron algunas irregularidades que ameritaban la toma de medidas correctivas, lo que pudo haber generado un malentendido entre los habitantes del municipio. “La gerente de la ESE no se encontraba en el municipio, ya que estaba en una capacitación, y el alcalde tampoco estaba presente. Esto generó una situación difícil, pues la multitud comenzó a rodear a los funcionarios, no permitiéndoles salir. Literalmente, tuvieron que refugiarse en una de las oficinas, y la situación se tornó tan tensa que los funcionarios se sintieron amenazados, retenidos y agredidos verbalmente”.
Ante el riesgo creciente, los funcionarios solicitaron apoyo a las autoridades locales. “Nos tocó pedir la ayuda de la policía, a través de la Comandancia del departamento de Policía de Boyacá y la Personería. Los funcionarios fueron escoltados por una patrulla y motos de la policía para poder salir de la ESE y del municipio, regresando a Tunja de manera segura. Afortunadamente, no hubo consecuencias en la salud física de los funcionarios,” explicó Jiménez.
Sobre las causas que desencadenaron la reacción de la comunidad, el secretario manifestó que podría haberse tratado de un malentendido, “no sabemos exactamente cuál fue la información que le llegó a la comunidad, pero la actitud de la misma fue bastante agresiva. Fue un momento muy angustiante, probablemente originado por un malentendido que hizo pensar que se iba a cerrar el hospital o la ESE. En ningún momento se cerró. Se tomaron medidas sobre ciertos servicios que no cumplían con las condiciones adecuadas, pero esto se maneja dentro de un proceso administrativo”.
Para abordar lo sucedido, se convocó a un Consejo de Seguridad en la Alcaldía de Santana, con la participación de la alcaldía, una delegación de la gobernación, encabezada por la asesora de seguridad, y otros actores clave.
El secretario de salud de Boyacá indicó que es inaceptable lo sucedido, “es importante dejar en claro que bajo ninguna circunstancia se puede permitir que esto vuelva a ocurrir, ya que los funcionarios estaban cumpliendo con su deber, cuyo único objetivo es prevenir situaciones inadecuadas en la prestación de servicios y mejorar la calidad”.
Freddy Giovanny González Castro