Del silencio a una vida en clave de sol

“Cuando Dani cumplió un año decía papá, decía tete, agua, mamá, huevo pero cuando cumplió 18 meses dejó hablar, siempre estaba en silencio, no volvió a pronunciar una sola palabra. Además, empecé a notar que disfrutaba poner la carita en el piso, o le gustaba sentir el frío de la puerta de la nevera. A esa edad le dio neumonía, estuvo hospitalizado, lo llevé al pediatra, el especialista dijo que le daba la impresión que el niño tenía conductas autistas. De ahí lo remitieron al fisiatra para determinar si mi hijo tenía autismo. Yo no tenía ni idea qué era eso, y no me atreví a preguntar. Cuando llegué a la casa, mi papá tenía la Enciclopedia Médica de la Salud del Círculo de Lectores, busqué el término y ahí decía que el autismo era una enfermedad relacionada con la esquizofrenia. Eso para mí fue terrible, sentí morir”.

Dilia Elsa Alarcón cuenta la historia de su hijo Daniel Felipe en retrospectiva, después de negar, de no querer aceptar, de cargar culpas y miedos, de ir a muchos especialistas; a los 26 meses Daniel es diagnosticado en el Instituto DINA (Desarrollo Integral del Niño Autista) entidad adscrita a la Universidad de Manizales donde miden el autismo por el número de conductas que tenga el menor. La escala va de 0 a 14. De 0 a 7 no es autismo, son conductas que se pueden mejorar con terapia. A Daniel la métrica le llegó a 9 e incluso por momentos marcaba 10, había una conducta que no siempre se repetía. A partir de ese momento Dilia y Felipe los padres de Daniel supieron que su hijo presentaba Trastorno del Espectro Autista – TEA.

Después de muchos esfuerzos de sus padres para que Daniel se integrara a la sociedad, y de que él mismo superara innumerables barreras, hoy tiene 25 años pertenece a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Paipa, a la Orquesta de Cuerdas Frotadas de Culturama y cursa octavo semestre de música en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia Unad, se titulará como maestro y productor musical. Desde hace años le encontró gusto a la música interpreta piano, violín y guitarra. “Ángeles que han aparecido en su camino” como los denomina Dilia, la mamá de Daniel, maestros que desde Culturama y las Escuelas de Formación Musical de Paipa han contribuido para que Daniel se comunique a través de las notas del pentagrama.

El sábado 8 de octubre en uno de los eventos más reconocidos por instrumentistas y directores de banda del país y del mundo, Daniel Felipe Granados Alarcón debutó como maestro director de la Orquesta Fundamor de Paipa. Agrupación conformada por jóvenes y niños con diagnósticos de discapacidad cognitiva. El público asistente al cuadragésimo octavo concurso nacional de bandas, en la Concha Acústica Valentín García, se puso de pie para reconocer a través de los aplausos que Daniel y los demás instrumentistas nos estaban dando una lección de aceptación y persistencia.

Daniel habla poco, pero siempre sonríe, es un hombre alto y corpulento, verlo en el escenario es un deleite, refleja disciplina y amor por lo que hace. A pesar de que la vida parezca un pentagrama entre blanco, negro, silencios, semifusas o difusa como es la vida, él nos ha enseñado que se puede vivir en clave de sol. (Fin – Libia Carolina Pinzón – UACP – URT)

Comparte las mejores noticias