La salud mental en niños y adolescentes cada vez cobra más relevancia, y es que de acuerdo con la doctora Diana Ibáñez, psicóloga y docente de la Universidad de Boyacá, los adultos aún no le han brindado la importancia que merece al tema.
En los adultos los comportamientos depresivos o ansiosos se pueden evidenciar en alguna repercusión que tal vez desde su infancia tuvo que pasar.
“Podemos hacer prevención desde la infancia. Entonces, algo que revisábamos ayer en el programa de psicología es darnos cuenta que a nivel general en Colombia, el 44.7% de la población de infancia y de adolescencia tiene alguna dificultad en salud mental. Y quizás nosotros lo normalizamos. Es que de pronto el niño es así impulsivo, el niño es de pronto malgeniado, pero no nos estamos dando cuenta que probablemente está presentando antecedentes que le van a llevar a que en su adolescencia, que en su adultez, desarrolle todo un cuadro mucho más complejo, como lo es una depresión”, indicó la doctora.
Además, señaló que los menores no identifican estas patologías de salud mental por lo que se hace necesario enseñarles a validar o reconocer sus emociones. Una manera es brindarle pautas que de alguna u otra forma son fundamentales para la vida del menor y empezar a generar todo un proceso funcional en su conducta.
Por otro lado, hizo referencia a que el niño o niña no solo se encuentra en su casa sino que también está en un escenario social como en el colegio, por lo que se hace relevante que en las instituciones educativas se empiece a hablar de las emociones y de la importancia de no normalizar las situaciones.
“Es importante entender que desde mi rol puedo darme la posibilidad de decir pues tenemos que hablar esto y no es decir como no lo hablo, porque otro de los mitos mentales que ahí salen es como si hablo de esto voy a aumentar la probabilidad que se presente esa implicación, pero realmente no es así. Porque si el riesgo está ahí, pues tenemos que hablarlo”, mencionó la especialista.
De esta manera manifestó que es importante analizar los cambios en los comportamientos que tiene la persona, pues los seres humanos dan estas señales a través de acciones que no tenía antes. Y es desde las redes sociales donde también se pueden evidenciar.
“Es donde uno habla también del control parental. De más allá de restringir es también educarme y ver lo que está publicando mi hijo, pues ahí ya estoy abriendo una ventanita de si me pasa algo, pues puedo hablarlo con tranquilidad”, finalizó Ibáñez.
Por: Angélica Vega