Los embarazos en la infancia y la adolescencia ponen de manifiesto las inmensas inequidades sociales, educativas y económicas por razones de género, etnia, ruralidad, migración, conflicto armado y discapacidad; al tiempo que se perpetúan con la pobreza, pues impiden a niñas y adolescentes superar estas dificultades.
Mabel Rocío Gómez, profesional de la Secretaría de Salud de Boyacá, explicó que los embarazo en niñas de 10 a 14 años para el periodo de 2014 a 2020 se ha registrado una tendencia a la reducción en el número de embarazos en este grupo de edad; cifra que cerró en 56 casos para el año 2020; para el 2021 se mostró un incremento, cerrando la vigencia en 60 embarazos; para el 2022 se registró un marcado descenso de 46 casos; mientras que para los primeros ocho meses del 2023 ya se reportaron 26 nacimientos, con una tasa de fecundidad preliminar para el 2023 de 0.52 nacimientos por cada mil niñas de 10 a 14 años.
La funcionaria indicó que todo acto sexual con niñas y niños menores de 14 años es considerado un delito de violencia sexual, “las niñas menores de 14 años que estén embarazadas deben recibir atención y acceso efectivo y de calidad a servicios como víctimas de violencia sexual; incluida la posibilidad de interrumpir el embarazo sin barreras de acuerdo con su propia decisión”, puntualizó.
Gómez también se refirió al embarazo en adolescentes de 15 a 19 años, “Boyacá en la última década registra tendencia sostenida al descenso con una tasa de fecundidad de 56 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años; en el año 2014 a 40 nacimientos por 1.000 mujeres en este grupo de edad; para el año 2021, que es el último con reporte oficial; los años 2022 y 2023 son preliminares, pero reflejan una tasa de fecundidad para este grupo de edad de 37 y 13 nacimientos por cada 1.000 mujeres respectivamente. “Estos resultados destacan el esfuerzo del departamento en la generación de estrategias de proyecto de vida para los adolescentes, así como el fortalecimiento de los servicios amigables para adolescentes y jóvenes”, sostuvo.
La funcionaria explicó que la estrategia este año está orientada a impulsar un rol activo de las familias y cuidadores en la garantía de los derechos sexuales y derechos reproductivos de niñas, niños, y adolescentes, este año bajo el eslogan ‘en las familias boyacenses hablamos claro de derechos, sexualidad y más’, “lo que se busca es propiciar escenarios de reflexión en torno a la familia como actor fundamental en la promoción del ejercicio responsable de los derechos sexuales y reproductivos y en el apoyo al entorno educativo en los procesos de Educación Sexual Integral, es decir, reconocer al entorno familiar como el ámbito primario donde niñas, niños y adolescentes reciben y construyen sus primeras ideas, representaciones y normas sociales acerca de la sexualidad”, aseveró.
Finalmente, Mabel Rocío indicó que una de las necesidades identificadas en el contexto familiar es propiciar la comunicación alrededor de la sexualidad, “promoviendo relaciones equitativas y horizontales; reconociendo a cada integrante como sujeto de derechos, lo que impacta de manera positiva en la garantía y goce efectivo de los derechos sexuales y reproductivos y por tanto en la prevención de los embarazos en la infancia y la adolescencia. (Fin – Freddy Giovanny González Castro – UACP – URT)