El artesano Julio Ramón Cristancho, oriundo de Nobsa, tejió en 2017 una ruana especial para el papa Francisco, símbolo de paz y fe, prenda de lana natural boyacense y bordada con mensajes de reconciliación. Este tejedor recuerda la histórica visita del papa Francisco a Colombia en septiembre de 2017, donde el pontífice llego a respaldar el proceso de paz alcanzado entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la FARC.
Don Julio Ramón explicó que la ruana tenía un gesto artesanal cargado de simbolismo y devoción pues se denominó la Ruana de la Paz, “gracias a Dios tuve la oportunidad y el privilegio de confeccionar esa prenda tan importante para el máximo representante de nuestra religión católica, lo hice con el alma, en nombre de la paz, del amor y de nuestro pueblo boyacense”.
El artesano explicó que la ruana fue tejida en dos meses, en lana 100% natural, cuidadosamente seleccionada entre las mejores del taller familiar que Cristancho ha liderado por años. “Utilicé lana de oveja blanca, la más fina, la más limpia, la más elegante que pude encontrar. Fue difícil, pero valía la pena para algo tan especial”.
La prenda no solo destacaba por su confección, sino por los mensajes simbólicos bordados con gran detalle: en el lado derecho del pecho, un pergamino con la leyenda “Su Santidad Francisco, mensajero de amor y paz”. En el lado izquierdo, una paloma blanca con el mapa de Boyacá en el pico, “el bordado fue clave. Era mi manera de unir la espiritualidad del Papa con el territorio boyacense. Era una ruana que hablaba de reconciliación, de encuentro, de respeto por nuestras raíces y por la fe”, señaló don Julio Ramón.
El proceso incluyó, además del tejido, un meticuloso trabajo de bordado, repaso de costuras y selección de insumos. El tiempo total de trabajo técnico fue de dos días, pero detrás hubo semanas de preparación. “Uno no le entrega cualquier cosa al Papa. Tenía que ser impecable”, indicó el artesano nobsano.
Don Julio Ramón indicó que no pudo entregar personalmente la ruana al Santo Padre, las restricciones de seguridad impidieron que el artesano accediera a la Nunciatura Apostólica en Bogotá, “la ruana llegó a manos del Papa. No me dejaron entrar, pero me confirmaron que la recibió. Por ahí hay fotos en las que se ve que la usó. Para mí, eso fue suficiente, además me invitaron a la misa campal en el parque Simón Bolívar con boletas preferenciales y desde las primeras filas vi pasar al Papa a menos de medio metro, fue un momento que nunca voy a olvidar. Ese día sentí que mi trabajo había valido la pena”.
El diseño original de la Ruana de la Paz sigue en poder del artesano, quien no ha vuelto a elaborar otra igual, pero no descarta retomarla. “Ese diseño todavía existe, está en la memoria. Sería bonito volver a hacerla ahora, en homenaje al Papa”, señaló el boyacense.
Tras la noticia de la muerte del Papa Francisco, don Julio Ramón Cristancho explicó que admiro al Papa Francisco por su humildad, “Era un hombre muy humanitario, siempre preocupado por la paz. No solo por la paz en el mundo, sino por la paz interior de las personas. Eso lo hacía diferente, cercano, verdadero y nos duele su partida”.
El Papa Francisco en su visita a Colombia , recibió dos ruanas, una bordada por niños y niñas en condición de vulnerabilidad del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) y la creada por la manos de este gran artesano boyacense.